La historia se repetía y frente a sus ojos solo veía destrucción. De pequeña habían huido para que estuviera a salvo. Esas habían sido las palabras que utilizó en ese momento la mujer que la cuidaba. Pero después de diez años lejos de casa, el horror besaba sus pies nuevamente.
– Acompáñeme princesa – escuchó que le decían.
– No quiero seguir huyendo.
Las llamas se acercaban y comenzaban a devorar todo con tanta ferocidad, que la madera gemía sin tener escapatoria. Una gota de sudor descendió dibujando a su paso un brillo a lo largo de su espalda.
– No hay tiempo para discutir – le respondió y entre trompicones la sacó de allí.
Mientras tanto, ella con lágrimas en los ojos veía como el techo se fundía completamente y sus recuerdos desaparecían otra vez.
Todos los derechos reservados. Obra protegida por derechos de autor. 2021. Fernanda Maradei